Friday, July 21, 2006

Las gotas del Líbano

Las gotas del Líbano

La diplomacia, que se supone siempre navega silenciosa pero diligente (o al menos eso nos hacen creer), hoy está dormida o muerta. Lo que da igual cuando se trata de muertes inocentes que se van apilando en el fondo de la muerte y un país es arrancando a tajos. O bien, cuando ha dicho algo, le han callado. Francia y Rusia que expresaron su “preocupación por la desproporcionada acción de Israel”, aunque tímida e insuficientemente, fueron descalificados y sus comentarios no incluidos en la declaración del G8. El Ex ministro de relaciones exteriores de Israel, Shlomo Ben-Am, sostenía en un artículo publicado por El País (martes 18 de Julio) que esos que hablaban de acción desproporcionada, bien podían darnos lecciones sobre como borrar ciudades enteras del mapa, en alusión a Rusia y Grozny. Como diciéndonos, quien esté libre de culpas que tire la primera piedra, y como en historia todos aparecen reprobados, que nadie intente criticar legítimamente el ataque israelí. ¿Y entonces? ¿Significa que todos debemos sumarnos a esta guerra o a las que seguramente vendrán? Apenas hoy la comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas dijo que eran “injustificables los blancos civiles” y lugares en los que puedan morir población civil como ciudades o inclusive blancos militares (bbc, jueves 20). Algo que por increíble que suene, se escucha por primera vez desde que comenzó todo esto. Pero quizás lo más importante es que nos recuerda, esta misma comisionada, que estos actos pueden ser considerados crímenes de guerra y quienes están detrás de ellos, tomarse por responsables.

Mientras tanto, en España Zapatero ha reprochado la actuación de Israel tildándola como una “fuerza abusiva contra inocentes indefensos” y que todo esto “es una locura” que debe cesar. A esto el embajador de Israel en España ha respondido molesto diciendo que España y la manifestación convocada por el PSOE en contra de la guerra y a favor de la paz, con cita en varias ciudades del país para hoy (jueves 20 de Julio), es un acto contra Israel. Como era de esperar, el PP ha convocado una conferencia de prensa sosteniendo que dichas manifestaciones son además de antisemitas, “un acto irresponsable” y de “premio al terrorismo”. Y que no hacen más que crear una crisis profunda en la relación de España con Israel, al que se le considera un Estado amigo (El País, jueves 20 de Julio). Pues bien, para quienes no esperamos nada del PP ni nos asombramos ya de su conocida política de derecha preconciliar y extremista, estas declaraciones solamente vienen a recordarnos quienes están por la guerra y quienes se niegan a seguir siendo cómplices de este bochornoso silencio como apología de la violencia. Pero además, nos muestra el tipo de liderazgo internacional bajo el que vivimos. Los países occidentales tienen un claro alineamiento político que trata de evitar toda crítica directa hacia el Estado Israelí por temor a que puedan ser tachadas de anti-semitas o anti-judías, como si por hacerla, se estuviera negando ipso facto su derecho a existir. Un maniqueísmo que tiene entrampado el conflicto y que para Europa significa perder su capacidad de incidir en las negociaciones. Para el mundo no occidental, está claro que ya existe una posición asumida de negación del “otro” (no reconocen ni a Hamás ni a Hezbolá como interlocutores), lo que como es de suponer, deja todo en manos de Israel y los Estados Unidos. En este sentido, la justificación que el PP utiliza para criticar la posición de Zapatero, es que sus declaraciones en contra de la desmesurada intervención israelí, vienen a desenmarcarse de la posición conjunta tomada por la Unión Europea y las Naciones Unidas, que como hemos visto, se limitan a pedir el cese de las hostilidades. Mientras tanto, se suman los muertos. El saldo hasta hoy es el siguiente: más de 300 libaneses, 100 palestinos y 25 israelíes han muerto. Y en medio un país que es arrancado de tajo frente a todos, un Líbano que después de la ocupación israelí había iniciado un proceso de reconstrucción y de olvido, pero que hoy nuevamente se desangra. No hay que olvidar que las gotas del Líbano regarán la ya crecida planta del odio y el enfrentamiento en esta región a la que Europa no le puede dar la espalda. Por que como sostienen los afortunados que han logrado escapar de las bombas y ser evacuados, lo peor de todo para la población, es el silencio.

Yálani Zamora
Salamanca, España.

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