Friday, July 21, 2006

La Ausente Oposición

Nicaragua: la ausente oposición

Si asumimos la posición normativa y eficaz de la democracia, ésta no depende solo de aquellos que tienen el poder sino además del conjunto de fuerzas con representación en el parlamento y fuera del gobierno. En otras palabras lo que llamamos oposición. En Ciencia Política los estudios específicos sobre este tema no son tantos como podríamos esperar. Pero algunos autores (Dahl, Sartori, etc) han hablado de ella destacando diversos elementos, y en general podemos decir que oposición se refiere a un esfuerzo consciente en evitar que los que tengan el poder, lo usen de forma monopólica. Más específicamente se refiere al disenso político y a la oposición partidista en la Asamblea.

La oposición en la experiencia política de Nicaragua a partir de 1990, comienza en teoría con la pérdida de las elecciones del FLSN frente a la UNO. La noción sobre la función y posibilidad de influencia de la oposición, es sin embargo, un tema desconocido para ambos actores políticos. Por un lado, el FSLN se estrena como fuerza política que compite por el voto en el marco de las instituciones democráticas. La UNO por su parte, es un conjunto de voces que irrumpen por primera vez aglutinadas como partido y que poco tiempo después, frágil alrededor de su proyecto electoral, se divide. El FSLN, a boca de urna, es al que le toca pasar a ser, todo al mismo tiempo, partido político y oposición. Pero está claro que sin haber transitado por el proceso debido y siendo común entre partidos jóvenes sin experiencia, ninguna de estas nuevas funciones resultan comprensibles en su totalidad al inicio. El anuncio de Daniel Ortega de que “gobernaremos desde abajo” resume el inicio de un tremendo giro en la visión y objetivos de esta fuerza política. Pero también un claro aviso de que la idea de oposición era muy pronta para asumirse.

La llamada transición, que inicia antes del proceso electoral, pero que se generaliza con el proceso de pacificación, democratización y reformas, es el marco en que se da el acomodamiento de las fuerzas políticas. La correlación de fuerzas entre los principales actores es lo que define el modo y tipo de transición. Las negociaciones entre el FSLN y la UNO para darle viabilidad a este nuevo período, se dan en forma de transacciones políticas y concesiones para la garantía de la mutua convivencia. Pero la hegemonía de estos arreglos terminó finalmente en las manos de ambas cúpulas y representantes, no en sus seguidores, quienes debían dar la legitimidad al proceso. Esto sucedió porque los intentos de hacer una concertación nacional fracasaron entre los tantos campos abiertos de conflicto y negociación, debido a que las reformas políticas y sobretodo las reformas económicas promovidas por el nuevo gobierno, y después aceptadas por el frente, no encontraban apoyo y legitimidad social. A partir de ahí, se marca el tono de lo que serán las negociaciones entre las principales fuerzas políticas del país, pero no como gobierno y oposición, sino como gobierno y co-gobierno de cúpulas cerrándose a las presiones y demandas de abajo. Lo que indudablemente plantea un conflicto que se ha extendido hasta hoy.

El pacto que inicia con los encuentros bilaterales entre el Frente y el PLC en 1997, utiliza como justificación política el tema más pendiente y legítimo en este país: el diálogo nacional. Pero está de más decir, que el pacto vestido de “diálogo para la estabilidad y gobernabilidad del país”, devela sus verdaderos objetivos con las reformas constitucionales promulgadas en Enero del año 2000. Dichas reformas no fueron más que operaciones para la reorganización de cargos políticos en instituciones claves del Estado y luego con las electorales, la limitación de la participación electoral y cierre del sistema político. Siguiendo siempre la lógica de las transacciones políticas, este “pacto” era el reflejo de un modelo de negociación centralizado que a través del tiempo había desarrollado un margen de autonomía suficiente para legitimar y hegemonizar la agenda política de sus miembros y la cúpula partidaria. Hoy está visto que dicha lógica centralista y autoritaria ha sobrevivido inclusive a las crisis internas de ambos partidos, que han terminado en disidencias, expulsiones y nuevas agrupaciones políticas. Ahora, mientras estas nuevas formaciones políticas aportan sanos elementos de convivencia democrática y nuevas posibilidades, lo que siempre queda pendiente es el tema de una oposición política democrática y coherente tan necesaria para el país y tan importante como lo es un buen gobierno. El FSLN en ese sentido, tiene una gran deuda con el país, por no haber podido ser garante de prácticas ejemplares para la institucionalización de esta práctica. Tampoco hay indicios de que el PLC o demás fuerzas políticas, tengan la capacidad de ser una oposición responsable en términos parlamentarios y políticos. Por la razón que nunca lo han sido pero sobretodo porque su actuación como gobierno ya muestra que tipo de política están dispuestos a hacer con tal de no perder el poder. En lo profundo de este tema está también la pendiente institucionalización de los partidos políticos, que sin embargo no dejará de ser un concepto vacío mientas no exista voluntad política y nuevos arreglos sociales.

Yálani Zamora A.
Salamanca, España.

Las gotas del Líbano

Las gotas del Líbano

La diplomacia, que se supone siempre navega silenciosa pero diligente (o al menos eso nos hacen creer), hoy está dormida o muerta. Lo que da igual cuando se trata de muertes inocentes que se van apilando en el fondo de la muerte y un país es arrancando a tajos. O bien, cuando ha dicho algo, le han callado. Francia y Rusia que expresaron su “preocupación por la desproporcionada acción de Israel”, aunque tímida e insuficientemente, fueron descalificados y sus comentarios no incluidos en la declaración del G8. El Ex ministro de relaciones exteriores de Israel, Shlomo Ben-Am, sostenía en un artículo publicado por El País (martes 18 de Julio) que esos que hablaban de acción desproporcionada, bien podían darnos lecciones sobre como borrar ciudades enteras del mapa, en alusión a Rusia y Grozny. Como diciéndonos, quien esté libre de culpas que tire la primera piedra, y como en historia todos aparecen reprobados, que nadie intente criticar legítimamente el ataque israelí. ¿Y entonces? ¿Significa que todos debemos sumarnos a esta guerra o a las que seguramente vendrán? Apenas hoy la comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas dijo que eran “injustificables los blancos civiles” y lugares en los que puedan morir población civil como ciudades o inclusive blancos militares (bbc, jueves 20). Algo que por increíble que suene, se escucha por primera vez desde que comenzó todo esto. Pero quizás lo más importante es que nos recuerda, esta misma comisionada, que estos actos pueden ser considerados crímenes de guerra y quienes están detrás de ellos, tomarse por responsables.

Mientras tanto, en España Zapatero ha reprochado la actuación de Israel tildándola como una “fuerza abusiva contra inocentes indefensos” y que todo esto “es una locura” que debe cesar. A esto el embajador de Israel en España ha respondido molesto diciendo que España y la manifestación convocada por el PSOE en contra de la guerra y a favor de la paz, con cita en varias ciudades del país para hoy (jueves 20 de Julio), es un acto contra Israel. Como era de esperar, el PP ha convocado una conferencia de prensa sosteniendo que dichas manifestaciones son además de antisemitas, “un acto irresponsable” y de “premio al terrorismo”. Y que no hacen más que crear una crisis profunda en la relación de España con Israel, al que se le considera un Estado amigo (El País, jueves 20 de Julio). Pues bien, para quienes no esperamos nada del PP ni nos asombramos ya de su conocida política de derecha preconciliar y extremista, estas declaraciones solamente vienen a recordarnos quienes están por la guerra y quienes se niegan a seguir siendo cómplices de este bochornoso silencio como apología de la violencia. Pero además, nos muestra el tipo de liderazgo internacional bajo el que vivimos. Los países occidentales tienen un claro alineamiento político que trata de evitar toda crítica directa hacia el Estado Israelí por temor a que puedan ser tachadas de anti-semitas o anti-judías, como si por hacerla, se estuviera negando ipso facto su derecho a existir. Un maniqueísmo que tiene entrampado el conflicto y que para Europa significa perder su capacidad de incidir en las negociaciones. Para el mundo no occidental, está claro que ya existe una posición asumida de negación del “otro” (no reconocen ni a Hamás ni a Hezbolá como interlocutores), lo que como es de suponer, deja todo en manos de Israel y los Estados Unidos. En este sentido, la justificación que el PP utiliza para criticar la posición de Zapatero, es que sus declaraciones en contra de la desmesurada intervención israelí, vienen a desenmarcarse de la posición conjunta tomada por la Unión Europea y las Naciones Unidas, que como hemos visto, se limitan a pedir el cese de las hostilidades. Mientras tanto, se suman los muertos. El saldo hasta hoy es el siguiente: más de 300 libaneses, 100 palestinos y 25 israelíes han muerto. Y en medio un país que es arrancado de tajo frente a todos, un Líbano que después de la ocupación israelí había iniciado un proceso de reconstrucción y de olvido, pero que hoy nuevamente se desangra. No hay que olvidar que las gotas del Líbano regarán la ya crecida planta del odio y el enfrentamiento en esta región a la que Europa no le puede dar la espalda. Por que como sostienen los afortunados que han logrado escapar de las bombas y ser evacuados, lo peor de todo para la población, es el silencio.

Yálani Zamora
Salamanca, España.

Que la guerra no nos sea indiferente

Que la guerra no nos sea indiferente

Hace poco más de una semana que inició la guerra en Medio Oriente. Cuando uno se encuentra tan lejos de esta región, puede parecer difícil acercarse a este conflicto que ha superado en el tiempo tantos intentos de negociación y acuerdos de paz fracasados. Pero después de tanto que hemos visto y leído y escuchado, no podemos dejar que el silencio se instale y seamos cómplices de esta guerra, que después de todo, también nos pertenece. Fue la llamada comunidad internacional quien decidió y avaló esas fronteras que hoy nos hablan con autoridad de bombas. La misma, por cierto, que hoy da la espalda a la población libanesa y Palestina y se limita a la evacuación de sus nacionales. Pero nos pertenece principalmente porque cualquier guerra, aunque esté dirigida lejos de nosotros, es el fracaso de todos, el suicidio de la humanidad. Y cuantas veces nos hemos matado y sin embargo siempre es necesario que la guerra no nos sea indiferente.

Lo que pasa en el Medio Oriente nos debe preocupar. Para muchos la sola palabra suena a lejanía. Pero la guerra tiene el mismo rostro en todas partes. Las victimas son siempre las mismas, la gente ordinaria que como usted y yo no quiere guerra ni sufrimiento. Hoy he llorado mientras leía a una periodista española que escribe desde el Líbano. Sus artículos no son sobre la política israelí o la actividad de Hamás y Hezbolá, sino única y decididamente sobre las personas que sufren esta guerra. En su último artículo ha hablado sobre las mujeres del Líbano (¡Salvadlas! clama), que como todas las mujeres que son madres, hermanas, esposas y amigas, se empeñan en sobrevivir y proteger a sus seres queridos. Se empeñan en preguntar a la occidental “de la cámara” no ya porque les hacen esto, sino lo que es peor aún, porque nadie hace nada. Muchos también de Occidente, nos preguntamos lo mismo.

Sé que algunos no se asombran, es solo cuestión de tiempo para que un conflicto latente se desate. También sé que hay muchos actores involucrados en este conflicto, y no solamente los que aparecen en las noticias. Pero hay que decir dos cosas claramente, silenciadas con la complicidad de los medios de comunicación: Primero, existe una noción racista que otorga más importancia a las vidas israelíes que a las árabes. Nadie habla sobre los palestinos encarcelados por Israel, aunque entre ellos se encuentren civiles y sobrepasen varias decenas. ¿Pero como saberlo con exactitud? ¿Como saber en que condiciones se encuentran? En cambio sabemos la historia del soldado israelí capturado por Hamás (hemos visto su foto, sabemos su historia, su edad, su vida) y sabemos también de los otros dos soldados capturados por Hezbolá y de los ocho que murieron por sus bombas. ¿Y los palestinos? ¿Quien puede negar que sepamos mucho del drama Israelí y poco del drama palestino? La población civil en Gaza continúa muriendo, desangrándose poco a poco. En segundo lugar, hay que decir que Israel no entró a esta guerra sin haberla planificado o sin prever las consecuencias. Hay un cálculo para liquidar a los adversarios y no existe ningún otro país que cuente con el apoyo ilimitado de la principal potencia militar del mundo.

Las últimas noticias que tenemos sobre lo que ocurre pueden resumirse así: Hezbolá sostiene que los intentos de negociación están parcializados a favor de Israel y que no los aceptará por eso. Hamás, atacado por todos los flancos posibles incluyendo ministerios y edificios civiles, continúa pidiendo el intercambio de palestinos encarcelados a cambio del soldado capturado. Israel dice que esto continuará al menos unas semanas mas, aunque el ministro de Seguridad Interior Abi Dijter dijo esta tarde (martes 18 de Julio) que Israel debería considerar cambiar a los “terroristas” encarcelados por los soldados secuestrados. Mientras tanto por primera vez las tropas entraron al Líbano para atacar los puntos estratégicos de Hezbolá (en los que han muertos civiles) y continúan los bombardeos sobre Beirut y el sur. Los miembros de la Liga Árabe sostienen que el proceso de paz para Cisjordania está muerto. El propio ex ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Shlomo Ben-Am, sostiene que el plan de la derecha israelí, y por tanto del gobierno de los Estados Unidos, ha fracasado ¿Y la opinión pública? En Israel la gran mayoría aprueba lo que el gobierno está haciendo (aunque siempre hay sectores críticos) y según este mismo ministro, están más convencidos que nunca de que la acción unilateral en Gaza, que consistió en remover a unos 8.000 colonos, ha sido un error (El país, martes 18 de Julio). Así que Cisjordania, con sus más de 200.000 colonos que no cesan de aumentar (sin contar otros más de 200.000 en Jerusalén Este anexionada por Israel y considerada por la comunidad internacional territorio palestino) parece hoy un tema imposible. ¿Y la gente? En Líbano han muerto 300 personas, casi todas civiles según nos informa Aljazeera y el propio primer ministro libanés. Y esto seguirá sumando. Y nosotros seguiremos repitiendo cifras como si se tratara de algo abstracto. Los daños materiales y psicológicos para el Líbano, son incalculables.

En general, nos dicen, hay que intentar pensar el conflicto en términos políticos. Por un lado, la captura de dos soldados israelíes por Hezbolá es un buen pretexto para tratar de liquidar a esta organización. Mientras que Hezbolá no encuentra mejor momento que el ataque israelí a Gaza para utilizar la causa palestina a su favor y la indignación general, que con justa razón, ya desborda.

Mientras tanto los países occidentales hablan de la “desproporcionada reacción israelí”. Pero al final la terminan justificando a partir de la "declaración de guerra" hecha por Hezbolá y Hamás al atacar sus puestos de mando y capturar a sus soldados. Sin embargo, no nos recuerdan de la ocupación Israelí del territorio palestino y libanés, una política que solo puede llamarse colonialista, ni de los tantos capturados en la frontera que ellos controlan de manera arbitraria. Tampoco mencionan que las amenazas de Hezbolá no son nuevas, y que dada la intransigencia israelí de no negociar a los prisioneros libaneses (entre ellos se denuncian civiles), han capturado -con previo anuncio y repetido muchas veces- soldados de Israel para poder canjearlos. Como nos recuerda el profesor As'ad AbuKhalil, no podemos pensar ingenuamente que Israel ha sido tomado por sorpresa. La guerra de hoy es una decisión política calculada para acabar definitivamente con Hezbolá, que es apoyado por Siria e Irán, pero los muertos han sido puestos como siempre por la población civil.

Ahora, uno podría pensar que el vencedor es siempre el más grande y fuerte, es decir el que tiene las armas más potentes. Pero la lógica de la guerra es mas bien una trampa mortal que solo se abre para tragar mas cuerpos. Matar hombres, solo trae matar a más, nos recuerda Camus. En este caso, ninguna de las partes involucradas puede “vencer al otro” por las armas. Porque matar no es vencer, la desaparición del “otro” no nos puede dar la victoria sobre algo que ya no existe. Cuando se mata es porque en el fondo se reconoce que no es posible vencer aquello que mueve al adversario, es decir la idea, y por tanto se terminan matando inútilmente al cuerpo. A muchos cuerpos. Pero la política israelí no acabará con la muerte de sus soldados, tampoco es matando a Hamás o a Hezbolá como Israel acabará con la oposición del medio Oriente. Las razones que dan origen a su existencia, la de Hamás que llegó al poder por las urnas y un Hezbolá con representación política en el parlamento libanés (las únicas dos democracias de esta región, según los parámetros occidentales) no pueden pasar desapercibidas. Israel tiene que mirarse al espejo.

Nosotros, aunque sepamos o entendamos de manera muy limitada este conflicto, no podemos pasar por alto este tipo de reflexiones. Escuchar hablar a funcionarios de Israel que lamentablemente expresan el sentir de parte de la población, es escalofriante. El derecho de existir de Israel, no está por encima del derecho de existencia de Palestina. De hecho nadie quiere negar la existencia de ningún pueblo, sino todo lo contrario, la convivencia de ambos. La agresión del Estado de Israel fomenta un Hezbolá y un Oriente Medio dispuesto a extender este conflicto. Propicia además la intervención directa de Siria e Irán y la intervención de Estados Unidos – con su justificación para entrar en guerra con Irán- lo que no traería otra cosa más que desastres.

Como me recuerda un colega, mientras los Estados Unidos hacen la cocina, los europeos lavan los platos y la ONU saca la basura. ¿Y nosotros? nosotros nos envenenamos de tanto podrido. Es por eso que escribo hoy. Lo mío es un intento de explicar racionalmente algo que no quiero: esta terrible guerra que no parece tener fin. En el fondo escribo pensando en todos aquellos que sufren este conflicto desde hace mucho tiempo y que seguramente sufrirán mañana. Ya sé que hay otras guerras de baja cobertura mediática como los conflictos civiles que han desangrado África. El hambre y la pobreza son también una guerra permanente y silenciosa que reclaman ya tantos muertos. Irak nos enseñó que hoy las potencias pueden invadir un Estado con plena impunidad y el promedio de muertes diario en ese país es de 100 personas. Pero me resisto al silencio. Me resisto a que el futuro me sea indiferente. Por la gente de a pie a la que se le corta la vida entre las balas. Por todos los que sufren o sufrieron la guerra alguna vez. Hoy es uno de esos días, en que la guerra, como nos dice la canción, no nos puede ser indiferente.

Yálani Zamora A.
Salamanca, España.